Los poemas de Fernando Raluy son breves, como rayos de una lírica íntima e impresionista. El yo poético se confunde con los objetos que describe y así, la naturaleza adquiere humanidad y viceversa y esto no es gratuito, sino que se corresponde con una imagen integradora y lúdica del mundo.
El libro hizo un recorrido creativo desde la pluma de Ferraluy, como le dicen sus lectores, hasta la clínica realizada con Pola Gómez Codina, Magíster en Escritura Creativa.
Dice Fernando en Fundación:
«En las horas en que todo dios duerme/y el asfalto habla/de rocío, soledad y luces municipales/los días corroídos/buscan nombre a un pueblo/en mi garganta.»
Conmueve por su brevedad, por la mención del barrio y el conurbano, el humo de las fábricas, la vida, la muerte y el ser en la naturaleza.
Hay una búsqueda de verdad y de belleza en estos poemas, que resuenan desde la primera lectura, difíciles de olvidar.
54 páginas.
Idioma: español
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