Hacía una semana que su hijo no podía dormir. Desde que se habían instalado en la nueva casa, Tomás nunca había podido conciliar el sueño con la tranquilidad habitual. Noche tras noche, se despertaba bañado en sudor, temblando de miedo y gritando tan fuerte que siempre terminaba por despertar a su madre quien corría desesperada a consolarlo en sus brazos.
-Tranquilo Tomy- le decía - fue solo otra pesadilla, ya pasó.
Tomás le refería siempre el mismo sueño. A la misma hora, dos pequeñas y deformes figuras sin rostro y oscuras, pero con ojos que brillaban en la oscuridad, entraban en su dormitorio. Rápidamente, una de ellas saltaba sobre su cuerpo presionando su pecho hasta
quitarle el aliento mientras la otra, tironeaba de su brazo intentando arrastrarlo hacia la ventana como si fuera un muñeco de trapo. Afortunadamente, siempre había podido gritar y aquellos extraños seres lo soltaban y escapaban raudamente por algún rincón en penumbras de su habitación.
-Me quieren llevar con ellos – manifestaba Tomás en un aterrado estado.
Su madre sabía que aquellas pesadillas no eran otra cosa que una reacción psicológica de un niño de 7 años a la separación y la nueva casa. Estaba convencida de que con el correr de los días y con la ayuda de la terapia pronto iban a desaparecer.
Esa noche, después de cenar vieron juntos una película de dibujitos y a pesar de estar rendido por el cansancio Tomás hacía todo lo posible para no dormirse. Finalmente, el sueño lo venció y se quedó dormido sobre el sillón. Su madre apagó el televisor, lo alzó en sus brazos, lo llevó a su habitación y allí lo dejo arropado bajo el acolchado.
Luego de darse una ducha se metió en la cama y antes de poder leer una página del libro que tenía en su mesa de luz se quedó profundamente dormida.
A las 3 de la mañana las dos criaturas ingresaron como siempre y comenzaron a repetir lo que hacían noche tras noche. Esta vez, la figura que lo tironeaba del brazo logró arrancarlo de la cama sin que pudiera gritar y se lo llevo atravesando la pared lateral. El
otro ser, rápidamente adopto la figura de Tomás y se quedó acostado en su cama, reemplazándolo.
A la mañana siguiente su madre se despertó temprano. Le llamo la atención que Tomás no haya gritado esa noche, algo que la puso contenta. Era la primera vez que no había tenido pesadillas y eso resultaba ser un buen indicio.
Preparó el desayuno el desayuno, fue a la habitación y despertó a Tomás.
- ¿Buen día Tomy dormiste bien anoche?
- Si mamá – dijo aquella criatura con rostro y cuerpo de Tomás
-Qué bueno que no hayas tenido malos sueños
- Si, creo que ya no voy a tener más malos sueños
Su fue madre se emocionó, fue hacia él y lo abrazó con fuerza, mientras una lagrima le rodaba por la mejilla. Tomás sonrió y sus ojos se fueron oscureciendo hasta ponerse negros como la tinta
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ENTREVISTA A MARTÍN KOHAN
https://youtu.be/_N20r9-L5NQ?si=xxavonZbtuallnFb
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La pesadilla de Tomy
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Shbd, Mié Dic 13, 2023 9:05 pm
Muy bueno, me gusto mucho el giro, no me lo esperaba.
Saludos.
Saludos.
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FlorH, Mié Dic 13, 2023 9:20 pm
¡Pobre Tomy! Y pobre madre, también. Gracias por compartir tu cuento!
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guionic, Sab Dic 23, 2023 7:00 am
Muchas gracias es pequeño, simple pero funciona.