Consigna Uno

[clamaga]

El principio del cuento es el siguiente (el participante que responda este mensaje debe continuar la historia teniendo en cuenta esta consigna. Podés escribir hasta dos párrafos).


Acá en el hospital, después de una semana, pienso que no he tenido muchos amores, y solo dos han sido incondicionales y desinteresados. Mi gato y el alchohol.

[JorgeAstartia]

Copito era un gato atorrante que vivía debajo de un auto cuando lo encontré. Tuerto y sarnoso. Me conmovió su ojo estrábico y los bigotazos blancos. El pelo que no se había comido la sarna estaba negro de grasa. Los primeros días le dejaba un puñado de carne molida a la altura del faro derecho. Finalmente llegó a seguirme hasta el pasillo del PH. Al día siguiente entró a casa y nunca más se fue. Lo bañé, lo curé y le hice un lugar en mi cama.

Mi segundo amor ha sido el alcohol. Nos conocimos en la adolescencia, en esas fiestas algo alocadas pero inocentes de los años 70. Estaban los milicos y eran pocos los excesos que le estaban permitidos a la juventud. Descubrí que tomado era más divertido. Mejor peleador. Mis trompadas eran certeras, también la jerga que usaba para llevarme chicas a la cama o apretarlas en un sillón medio en penumbras o en un auto que nunca era mío. Después me acompañó en muchas formas durante toda mi vida. En una petaca, junto a mi corazón.

[Newen]

Las decisiones tomadas me han traído hasta este lugar y sin embargo no me arrepiento. Me dejé llevar por los arrebatos del amor, viví la vida con desenfreno. En más de una ocasión estuve al borde de la locura. Pero disfruté cada instante como el último.
Mi familia nunca aprobó mis formas. Los respeto, los perdono. No es fácil ser la oveja negra, o el perro verde quizás.

[CapitanCocodrilo]

Bueno, "incondicionales",extremo grotesco de sinietra extravagancia. Uno fue obligado a amarme, no le quedaba otra, o me amaba o moría en la calle preso de la crueldad del mundo. Al otro me obligué a amarlo, por lo mismo, por ser otro eslabon de la maquinaria que solo trae decadencia y malestar, no me quedaba otra.
Es dificil soltar una herida, más cuando se junta todo el dolor que uno puede experimentar en un solo lugar, es el nexo entre el mundo psíquico y el material, la herida hace carne el dolor de adentro, hace tangible la angustia y hasta a veces la tapona, sin embargo siempre será un recordatorio de mi lugar en el mundo, la placa sirve de poco cuando todo lo que te rodea está podrido e intentar que alguien no la pase mal resulta subversivo. La bala no solo atravezó la carne, quien la disparó, tambien, atravezó mi alma.