Consigna tres

[clamaga]

Copio abajo el principio del cuento (el participante que responda este mensaje debe continuar la historia teniendo en cuenta esta consigna. Podés escribir hasta dos párrafos).


Las tierras del norte están prohibidas para los Sefrontes. Habitadas por el pueblo caníbal de los Gogul y las amazonas asesinas del Rio Anca, en el valle reina la noche perpetua.

[mabel]

Llevo el cuenco en mi alforja, pero se me ha dicho que no es un cuenco. Siento el peso muerto del oro pulido que tensa las correas sobre mi hombro y dobla mi espalda. Si debo hacerlo, no podré correr bajo ese yugo. Pero este honor solo se le concede a un sefronte cada cien años. Descanso, ahora, con el cuenco todavía en mi espalda, sentado en la roca del silencio. Debo meditar sobre el cometido de mis próximos pasos. Ningún sefronte conoce el destino final de su cuenco, pero debe cargarlo a través del valle tenebroso hacia su destino. Las tierras ante mi son oscuras.

[Newen]

Debo elegir con cuidado la ruta a seguir. De mi depende el futuro de mi pueblo. Todavía no estoy seguro del motivo por el cual he sido elegido para esta misión.
El supremo me reveló dos secretos que serían útiles para atravesar las tierras prohibidas, tanto los Gogul como las amazonas tienen sus debilidades.

[Sergei Ostranenie]

La brújula, regalo de mi padre, apunta hacia el norte. Ningún sefronte conoce el destino final de su cuenco, pero yo no soy sefronte, soy mestizo... ¿tal vez por eso el Supremo me eligió?
Las trampas de los Gogul son rudimentarias, predecibles. El humo de fondo delata que ya están deleitándose con algún pobre infeliz que no supo ver las hojas movidas y los cables tensos agazapados.
Las amazonas sí me preocupan. Mirina, ¿qué vas a hacer cuando atraviese el camino frondoso custodiado por tus guerreras? ¿darás la orden de liquidarme, me enfrentarás vos misma? La vegetación se vuelve más espesa, el paso custodiado por las amazonas se deja entrever. El aire se torna húmedo, el sol casi no encuentra manera de llegar a la tierra. En la selva reina la paz de los cementerios. Mirina me detecta, debe enfrentarme: si me deja pasar, las otras amazonas le arrancarán la cabeza. Debe elegir con quien morir.
-Lo siento -digo mientras entierro la lanza en su pecho.
-Mestizo traidor -dice Mirina antes de que la sangre le llene la boca.