Comentarios para LOS QUE ESPERAN
Publicado: Mar Dic 05, 2023 9:55 am
Si lo leíste, dejá aquí tu comentario para Los que esperan, https://www.diotima.ar/search.php?searc ... ue+esperan de Vanesa Gómez.
ASÍ ESCRIBE VANESA: El muñeco apareció a la cuarta noche. No era un muñeco en realidad. Mamá dijo que era un tótem. Papá dijo que era una escultura. Los tíos y las tías lo miraron y no dijeron nada. Que era feo, nomás. Tallado en madera. Un cacique. Daba impresión verlo. Tenía una mirada fija, severa. La tía le quiso hacer una broma al tío y puso el muñeco en la cama. Uno de los primos se fue a acostar y se puso a llorar y a gritar desconsolado cuando descorrió las frazadas y encontró el indio. La tía se enojó, nos retó a todos y, en medio de la discusión, papá le tiró el indio a la tía que no llegó a atraparlo; el muñeco cayó de la escalera y se le rompió el pie. Buscamos el pedazo faltante, pero...
Esto dijo del libro el escritor Mariano Quirós: Vanesa Gómez escribió un volumen de cuentos sobrios y bellísimos, con el resplandor de la ansiedad como la primera de sus armas. Las otras armas vienen –y eso es notable y encantador– del goce y las ganas de narrar.
ASÍ ESCRIBE VANESA: El muñeco apareció a la cuarta noche. No era un muñeco en realidad. Mamá dijo que era un tótem. Papá dijo que era una escultura. Los tíos y las tías lo miraron y no dijeron nada. Que era feo, nomás. Tallado en madera. Un cacique. Daba impresión verlo. Tenía una mirada fija, severa. La tía le quiso hacer una broma al tío y puso el muñeco en la cama. Uno de los primos se fue a acostar y se puso a llorar y a gritar desconsolado cuando descorrió las frazadas y encontró el indio. La tía se enojó, nos retó a todos y, en medio de la discusión, papá le tiró el indio a la tía que no llegó a atraparlo; el muñeco cayó de la escalera y se le rompió el pie. Buscamos el pedazo faltante, pero...
Esto dijo del libro el escritor Mariano Quirós: Vanesa Gómez escribió un volumen de cuentos sobrios y bellísimos, con el resplandor de la ansiedad como la primera de sus armas. Las otras armas vienen –y eso es notable y encantador– del goce y las ganas de narrar.