Cuento: Nuevo Vecino
Publicado: Mar Dic 05, 2023 11:07 pm
NUEVO VECINO
Tengo un nuevo vecino en la casa que está pegada a la mía. El frente de su casa está amurallado y no se puede ver nada desde la vereda, pero mi casa es de dos plantas y la ventana de mi habitación da a la calle. Así que lo puedo espiar desde mi ventana, escondida detrás de la cortina.
Miro hacia su casa en distintos horarios porque él suele salir ligero de ropa. Tal vez, el muro le dé sensación de intimidad.
Descubrí su costumbre por accidente, una siesta de verano que se había cortado la luz. Abrí la ventana porque no podía usar la compu. Vi por el rabillo del ojo que algo se movía abajo y lo vi en calzoncillos. Estaba de espaldas a mi casa, agachado abriendo la canilla. Me escondí para que no me viera, pero no pude dejar de mirarlo. Me gustó ver su cuerpo casi desnudo. Me excitó ver tanta piel expuesta.
A partir de ese día, cada vez que podía miraba hacia la casa de al lado. Me llevó poco tiempo establecer su rutina. Los días entre semana estaba en su casa a la siesta y a la nochecita. Se bañaba a la siesta y salía totalmente desnudo a secarse con la brisa.
Las últimas semanas pasaba más tiempo desnudo en el patio delantero. Supuse que había adivinado que yo disfrutaba mirarlo y él se mostraba más. Eso comenzó a suceder después de una siesta que yo lo admiraba desde mi ventana y se me cayó por accidente el celular y se me escapó un leve grito de angustia. En ese momento, yo sólo tenía ojos para mi teléfono destrozado en la vereda. Pero noté que él miró hacia mi ventana. No se inmutó en lo más mínimo al verme. Y, por supuesto, no dejó de salir desnudo.
Lo tomé como un avance en nuestra relación. Así que decidí dar un paso más. Un día, esperé que se fuera de su casa y decidí darle una sorpresa. Puse una escalera cuando no había nadie y salté el muro. Abrí la puerta con un invisible y entré a dejarle un presente. Aunque la sorpresa fue para mí, al entrar, toda la pared del living tenía fotos mías mientras me estoy bañando y mientras estoy durmiendo.
Tengo un nuevo vecino en la casa que está pegada a la mía. El frente de su casa está amurallado y no se puede ver nada desde la vereda, pero mi casa es de dos plantas y la ventana de mi habitación da a la calle. Así que lo puedo espiar desde mi ventana, escondida detrás de la cortina.
Miro hacia su casa en distintos horarios porque él suele salir ligero de ropa. Tal vez, el muro le dé sensación de intimidad.
Descubrí su costumbre por accidente, una siesta de verano que se había cortado la luz. Abrí la ventana porque no podía usar la compu. Vi por el rabillo del ojo que algo se movía abajo y lo vi en calzoncillos. Estaba de espaldas a mi casa, agachado abriendo la canilla. Me escondí para que no me viera, pero no pude dejar de mirarlo. Me gustó ver su cuerpo casi desnudo. Me excitó ver tanta piel expuesta.
A partir de ese día, cada vez que podía miraba hacia la casa de al lado. Me llevó poco tiempo establecer su rutina. Los días entre semana estaba en su casa a la siesta y a la nochecita. Se bañaba a la siesta y salía totalmente desnudo a secarse con la brisa.
Las últimas semanas pasaba más tiempo desnudo en el patio delantero. Supuse que había adivinado que yo disfrutaba mirarlo y él se mostraba más. Eso comenzó a suceder después de una siesta que yo lo admiraba desde mi ventana y se me cayó por accidente el celular y se me escapó un leve grito de angustia. En ese momento, yo sólo tenía ojos para mi teléfono destrozado en la vereda. Pero noté que él miró hacia mi ventana. No se inmutó en lo más mínimo al verme. Y, por supuesto, no dejó de salir desnudo.
Lo tomé como un avance en nuestra relación. Así que decidí dar un paso más. Un día, esperé que se fuera de su casa y decidí darle una sorpresa. Puse una escalera cuando no había nadie y salté el muro. Abrí la puerta con un invisible y entré a dejarle un presente. Aunque la sorpresa fue para mí, al entrar, toda la pared del living tenía fotos mías mientras me estoy bañando y mientras estoy durmiendo.