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Relatos negros
Benítez sabe, después de publicar cuarenta y cuatro novelas, los
secretos -todos- de la Literatura. En esta entrega de cuentos nos
sorprende con narraciones electrizantes, tensionados por el arco de la
intriga, el suspenso y la acción. Las historias no son ajenas a la infamia, el
delito, la violencia y el poder, pero también interrogan la capacidad humana
para acercarse con éxito a la amistad y a las emociones nobles.
Se trata de historias acotadas en las que, finalmente, todos nos
reconocemos atrapados; sí, pero en un relato mayor: el de la propia vida.
Algunos de sus personajes son: un prófugo extranjero, ex policía, a quien
no le queda más alternativa que verse envuelto en una venganza personal;
un niño cuyo don sorprendente quiere ser explotado por sus padres; un
muchacho de familia acomodada que conoce la banalidad del mal a causa
de su curiosidad.
Luis Benítez conoce su materia: el lenguaje; y le da ritmo, lo hace sonar
con maestría. Su oficio nos hipnotiza, pero siempre apelando a nuestra
inteligencia. Y con esa música nos invita a adentrarnos en historias
reconocibles que, al mismo tiempo, nos invitan al extrañamiento.
Las historias de Benítez siempre se leen como por primera vez.
Así escribe:En el jardín delantero, mientras tocaba el timbre por
segunda vez, observé que los rosales casi llegaban hasta la pared
baja, que los separaba de la calle. De entre estos surgieron cinco
perros grandes, de un color castaño claro, con una larga raya más
oscura sobre el lomo. Yo nunca había visto perros como aquellos,
que me mostraban sus dientes y no me sacaban de encima sus
pequeños ojos amarillentos. Pero no ladraban: solamente me
miraban. La pared que me separaba de ellos me pareció más baja
aún, según pasaban los minutos y nadie venía desde la casa.
El narrador, poeta y ensayista LUIS BENÍTEZ
(Buenos Aires, 1956) es miembro del Centro PEN
Argentina, la Sociedad de Escritoras y Escritores de
la República Argentina (SEA) y la Asociación de
Poetas Argentinos (APOA). Ha recibido numerosos
reconocimientos nacionales e internacionales por
su obra literaria en América y Europa. Sus 44
novelas, libros de cuentos, poesía y ensayo han
sido publicados en Argentina, Chile, España,
Estados Unidos, Francia, Inglaterra, Italia, México,
Rumania, Suecia, Venezuela y Uruguay. |
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 $ 25000 / Cuentos
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El sueño absoluto
Tres series narrativas integran este libro.
En Años de plomo las voces de la infancia detonan la memoria
sirviéndose de un lenguaje donde suenan las cifras y las claves del habla
de los mayores. El espacio goza de privilegio en la historia y el tiempo
funciona desplazado, desde un presente indefinido, pero reconocible para
el lector.
Los afligidos recrea maquinarias textuales donde la parodia es el
procedimiento del que se sirve el autor para indagar en las motivaciones de
un complot, con sus exageraciones e imposturas.
Mientras que, en De ahora y nunca, el presente contrasta con las
tradiciones. Vida y literatura tienden a confundirse y rondan los mitos.
El sueño absoluto es un libro que tensa la imaginación, el tiempo y el
espacio. Su lenguaje suena con voces familiares, incluso entrañables; pero
su principal característica es el ritmo, la sintaxis. La entonación que
embruja la lectura, porque son cuentos que no se pueden soltar.
Así escribe:
La tía nueva me llevó a la habitación de mis padres. La ventana
estaba entreabierta. Era una ventana baja, colonial. A pesar del
calor, en la calle no había mucho movimiento. Ella se sentó en el
sillón donde mis padres dejaban apoyadas sus ropas. Me entretuvo
con preguntas tontas: la escuela, los compañeritos, alguna
canción que me gustara cantar. Entonces, llegó el ruido del coche,
alborotando la esquina y, tras él, el eco de una enloquecida sirena.
Mi tía abrió de par en par las hojas de la ventana. El auto giró
ciento ochenta grados medidos según la idea de un semicírculo
gris y buscó la calle en sentido contrario a la mano. Luego, volvió
a girar, quemando cubiertas en el asfalto. La tía nueva me apretó
contra su cintura, y vimos cómo el coche que había surgido de la
nada burlaba a su perseguidor, igual que el ratón de las caricaturas
animadas. Cuando no se oyó más que un grillo a lo lejos, la miré a
la cara. Estaba un poco excitado por el espectáculo. Ella se sintió
en la obligación de decir: “Ladrones”.
HERNANDO QUAGLIARDI: nació en Buenos Aires en 1969.
Escritor. De formación abogado, recibido en Rosario, ciudad
donde vive y trabaja. Estudió literatura con el profesor
Roberto Ferro. Publicó relatos en diversas revistas literarias.
Desde el año 2014 colabora con contratapas mensuales en
Página 12 -Suplemento Rosario/ 12-. Publicó los libros:
Respirar en secreto (2015), novela ganadora del Il Concurso
de Narrativa Editorial Río Ancho -Rosario, El Plan Asja Lacis
(2023) ganadora del Vi Concurso de novela corta Rody
Moiron de la municipalidad de Junín, editada por Las Tres
Lagunas y participó del volumen colectivo: Diario de la
Contratapa-31 textos para celebrar 31 años de Rosario/12. Ha
recibido mención por su obra poética en el VI Concurso
Adolfo Bioy Casares de la municipalidad de Las Flores y en el
8vo. Concurso Nacional e Internacional d e Relatos
Crepúsculo. Ganó el primer premio del 4to. Concurso
Nacional de Literatura Fundación PROARTE Córdoba (2017. |
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Dónde caerse muerto
Alguien dijo una vez que el problema del policial argentino es la policía argentina. La
frase encierra un chiste, y como todo chiste una verdad. El policial argentino nunca
podría inscribirse en la tradición clásica del asesinato en la habitación cerrada por
dentro, porque necesitaríamos otra sociedad: una en la que esos casos pudieran
desentramarse gracias a detectives distinguidos, expertos en lógica, que abordan la
intriga mientras disfrutan del té a las cinco de la tarde.
Sin embargo, parafraseando al príncipe Hamlet, algo huele muy mal en el policial
negro. En esta tradición que presiden desde el Olimpo norteamericano escritores
como Chandler, Hammet y Thompson, se inscribe con eficacia y elegancia la primera
novela de Elio Puntieri. Dónde caerse muerto nos sitúa desde el título en un mundo
donde las instituciones conspiran conjuntamente para corrompernos. Puntieri
escribió una historia atrapante y mordaz en la que resolver el enigma no restablece el
orden justo, porque la injusticia está en los cimientos de nuestra sociedad, pero
mantiene la tensión de principio a fin. En un puzzle de intereses cruzados, una Buenos
Aires sexy y sombría será escenario para el entrañable y refinado Morel, investigador
de seguros, en su cruzada por resolver un misterio y de paso -por qué no, si todos lo
hacen- obtener su propia tajada.
Natalia Moret
Así escribe:
Volvió a la casa para terminar de limpiar, y así dejar todo listo
para la mudanza del día siguiente. Esa noche dormiría en lo de
Felipe, su mejor amigo. Cuando ya estaba por salir, fue a tomar la
mochila que había dejado en el piso y notó algo raro en la parte baja
de la pared donde habían estado las cajas de Di Nucci. Parecía una
mancha, un raspón, una pelusa. Se puso en cuclillas para observarlo
de cerca y descubrió que se trataba de una palabra escrita en tamaño
minúsculo. Eran tres letras a lápiz con un trazo torpe y tembloroso.
Parecía el escrito de un chico que apenas sabía garabatear su
nombre: “Teo”.
ELIO PUNTIERI, (1972)
Nació en Caballito y creció en la Patagonia.
Trabaja como creativo publicitario audiovisual.
Publicó relatos en la antología Hilo, Papel y Tijera
(Orsai) y en la revista Calibre 38 (España). Amante
del policial, obtuvo el premio Bruma Negra 2020
(Plentzia, España) por su cuento Un cheaue de ocho
ceros, donde apareció por primera vez el personaje
de Camilo Morel, protagonista de su primera
novela, Dónde caerse muerto. Actualmente, se
encuentra trabajando en la segund |
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